La refrigeración tiene como objetivo que la temperatura del motor adquiera un punto óptimo para su funcionamiento. Al alcanzarla, puede mantenerla durante todo el lapso que esté encendido para evitar que se sobrecaliente. Esto es imprescindible para el correcto funcionamiento del motor.
Así, el líquido refrigerante es el principal producto del sistema. Está compuesto a base de etilenglicol y cuenta con la capacidad de regular la temperatura del propulsor. Con un rango térmico que oscila entre -30 y 140°C, absorbe el calor e impide tanto el sobrecalentamiento como el daño de las temperaturas bajas en estaciones frías.
Más allá del líquido, el sistema refrigerante de un motor de un automóvil, moto u otros vehículos incluye más componentes. Por ejemplo, radiador, termostato, depósito, mangueras y ventilador. Si todos se encuentran en buen estado, podrás circular a diferentes velocidades y durante un lapso de tiempo muy extenso.
Además, si el motor permanece siempre en su temperatura ideal, el desgaste será nulo. Por eso es necesario conocer cada cuánto tiempo revisar los componentes. También cuándo conviene sustituirlos, qué productos utilizar según el tipo de vehículo, etc.
Asimismo, el líquido que el manual de fábrica recomienda varía dependiendo del uso y objetivo. Esto se debe a que no es igual un auto para el uso urbano que uno de carrera que circula siempre a altas RPM. No sobre exigir y realizar los mantenimientos correspondientes es la clave para el máximo aprovechamiento.
En esta categoría encontrarás todo lo relacionado a la refrigeración, así que entra y sigue leyendo.
El sistema de refrigeración de un vehículo es uno de sus componentes más importantes, responsable de mantener el motor en temperaturas óptimas para su funcionamiento.
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