El líquido de frenos es un fluido hidráulico que permite que la fuerza ejercida sobre el pedal llegue correctamente a las ruedas, con el fin de disminuir la velocidad. De esta manera, es posible reducirla de manera rápida y detener por completo el vehículo. Sirve para automóviles, motos, motocicletas, camionetas y algunas bicicletas.
El líquido de frenos dura aproximadamente dos años, aunque puede variar según su intensidad de uso y exigencia (Motorraiz, 2017). Su rango de temperatura oscila entre -30 y 250°C. Esto permite conservar un punto de ebullición alto, lo cual posibilita frenar de inmediato el vehículo cuando resulta necesario.
¿Cuántos tipos de líquido de frenos hay?
Según el vehículo y la presencia de sistemas como el ABS, se utilizan hoy en día al menos cuatro líquidos:
DOT 3
Este líquido de frenos sirve para frenos convencionales, los cuales se encuentran mayoritariamente en automóviles y camionetas pequeñas y económicas. Es el más habitual y económico, por lo que resulta casi siempre la mejor opción para las diferentes empresas. Además, se destaca por su alto nivel de confiabilidad, rapidez al momento de actuar y, claro está, confianza.
Cabe destacar que DOT es la sigla (en inglés) que corresponde al Departamento de Transporte. Se trata del organismo que regula el transporte en Estados Unidos y verifica la calidad de los líquidos vendidos. Los números 3, 4, 5, etcétera, son los distintos tipos o versiones.
DOT 4
Es similar a DOT 3, pero con una evolución que permite un funcionamiento más eficiente y compatible con el ABS. Esto se debe a que posee un punto de ebullición mayor, lo que le otorga mejores prestaciones.
Otra ventaja de DOT 4 es que muestra una duración mayor, lo que implica dos cualidades positivas: por un lado, resulta más útil para vehículos más pesados, como camionetas y vehículos de mayor potencia. Por otro lado, ofrece una mejor relación precio-calidad.
A su vez, DOT 4 es compatible con DOT 3, dado que comparten la misma base glicol. Esto significa que pueden combinarse sin inconvenientes y, si cambias uno por otro, no percibirás grandes diferencias.
DOT 5
A diferencia de los anteriores, este sirve únicamente en vehículos que ya cuentan con un líquido de base sintética. Al tener un punto de ebullición tan alto, no se puede mezclar con DOT 3 ni con DOT 4.
Concretamente, este líquido de frenos dispone de una base de silicona que lo distingue y lo vuelve incompatible. Lo mejor es utilizarlo solo en los vehículos que ya lo incorporan de fábrica.
DOT 5.1
Su principal ventaja radica en que cuenta con un poder higroscópico mayor que los DOT 3 y DOT 4. Además, su punto de ebullición seco se mantiene a 260°C y uno húmedo de 180°C, con una viscosidad de 0.9 cSt.
Esta última cualidad suele proporcionar a DOT 5.1 una mayor capacidad de absorción de la humedad. Sin embargo, las probabilidades de que el circuito de frenos tenga fugas son más altas. Esto exige más controles y, también, requiere de un costo superior tanto para adquirirlo como para su mantenimiento.
¿Cuánto cuesta mantener un líquido de frenos?
El costo por kilómetro (CPK) de este componente varía según tres factores: el tipo líquido y de vehículo, intensidad de uso o demanda y taller o sitio que lo comercializa. De todos modos, es casi siempre más económico que otras autopartes, además de que resulta imprescindible para el andar diario.
No obstante, el CPK aproximado de un líquido de frenos oscila los 65 dólares (245.788,14 pesos colombianos) cada dos años (Motor.es, 2017). Este cálculo corresponde al lapso de vida útil promedio. Asimismo, forma parte del plan de mantenimiento de un vehículo y se recomienda revisarlo con la mayor intensidad posible.
Contar con un buen líquido de frenos es la única manera de aumentar el tiempo de vida útil y asegurar el nivel de seguridad. Recuerda que, si funciona mal, su cantidad es insuficiente o tiene bancos de aire en su interior, padecerás importantes inconvenientes, como frenar mal, de manera irregular y hasta sufrir un choque. Por eso es importante elegir el correcto para tu vehículo.